El Gobierno confía haber logrado el consenso necesario entre todas las partes y aspira aprobarla antes del último trimestre, cuando las petroleras definen sus planes de inversión para el siguiente año.
El Gobierno ultima detalles para llevar el proyecto de ley de Promoción de Inversiones en Hidrocarburos al Congreso esta semana. El mismo ya fue girado a Presidencia y se dieron a conocer sus lineamientos generales que apuntan a estimular las inversiones en la industria petrolera y gasífera. Resta el visto bueno de Legal y Técnica para que finalmente llegue al recinto.
La iniciativa establece un régimen de promoción de inversiones para los próximos 20 años, con el que, según la Secretaría de Energía, se busca generar “un horizonte de estabilidad y reglas claras en materia tributaria federal y para los propios incentivos, sin dejar de atender el frente fiscal, cuidando el abastecimiento interno e impulsando la soberanía energética”.
Una normativa que es definida por el oficialismo como federal, que busca incentiva según “la especificidad de cada una de las regiones del país” –aspecto de la ley que, en su larga antesala, ha reunido las principales demandas de parte de todo el espectro de provincias productoras–, y que pretende fomentar el incremento de la producción “para el autoabastecimiento y multiplicar las exportaciones de hidrocarburos”.
A su vez, el Gobierno señala que otro de los objetivos de ella es “alentar la participación de las empresas regionales y nacionales como proveedores de la actividad hidrocarburífera, e incrementando la proporción de bienes y procesos tecnológicos elaborados y diseñados por trabajo argentino”.
Entre sus puntos fundamentales están:
- Impulsar el sector promocionando todas las actividades que directa o indirectamente están relacionadas con la industria hidrocarburífera, en especial la exploración y producción mediante técnicas de extracción convencional y no convencional.
- Promueve el transporte, compresión, separación, tratamiento, almacenaje y la industrialización de los hidrocarburos y sus derivados a través de procesos que los utilicen como materia prima, incluyendo -sin limitación- la petroquímica, la producción de fertilizantes, la separación, la licuefacción de gas natural y la refinación de combustibles.
- Establece un régimen general de promoción de actividades de exploración y producción de petróleo, otro relacionado con la producción de gas natural con diferentes incentivos relacionados con el compromiso de abastecimiento del mercado interno, y la determinación de exportaciones garantizadas en función del incremento de la producción.
Por otra parte, se establecerá un “Régimen Especial de Promoción para Proyectos de Exploración, Producción, Industrialización, Almacenaje y/o Transporte de Hidrocarburos y Derivados”, con el que estipularán beneficios adicionales en materia impositiva. Este régimen alcanzará a aquellos proyectos que incluyan un plan asociado a la sustentabilidad energética, así como también aquellos impulsen estrategias que involucran la perspectiva de género y la creciente incorporación de inversión en investigación y desarrollo tecnológico.
Cuencas maduras
En relación a la producción convencional y a los proyectos que presenten pequeñas empresas o a desarrollarse en áreas marginales, la normativa exigirá “menores requisitos y mayores beneficios e incentivo”. Esto se replicará para la promoción de la extracción de petróleo en pozos de baja productividad o inactivos a través de pequeñas empresas.
También para el caso de la explotación de crudo convencional, habrá un “tratamiento diferencial” para aquellos casos de éxito en recuperación secundaria y terciaria.
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Mejoras ambientales
Por último, la ley establecería tres grandes ejes que buscarán promover el cuidado medioambiental por parte de las empresas. Se trata de “beneficios adicionales a proyectos que incluyan propuestas de eficiencia en el uso de la energía y diversificación de su producción energética”. En segundo lugar, se dispondrán incentivos para facilitar la transición energética de fósiles líquidos a gas natural y, finalmente, la “viabilización de industrialización que reduce la contaminación ambiental”.
