Inicio Ambiente Captura de carbono, la pata invisible en la transición energética

Captura de carbono, la pata invisible en la transición energética

A pesar del crecimiento de las renovables, las metas al 2050 sólo serán alcanzadas si se aplica esta nueva técnica sobre las centrales existentes. 
Emisiones GEI, Cambio climático
Emisiones provenientes de centrales tèrmicas. Fuente: Greenpeace

¿Qué hacemos con todas esas centrales de generación eléctrica que emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) y no podrán ser cerradas hasta que se cumpla su ciclo de amortización dentro de varias décadas? 

Se trata de una pregunta clave para la concreción de las metas del Acuerdo de París al 2050, ya que si no se encuentra una solución a esta problemática, no importa qué tan grande sea el crecimiento de las energías renovables.

Sucede que hay muchas usinas que fueron inauguradas muy recientemente o están a punto de hacerlo, y por lo tanto, se deberá respetar la vida útil de esta inversión. Las centrales a carbón son las más contaminantes y las que tienen un menor futuro dado que cada vez más países anuncian una fecha límite para el cierre de las mismas. Para tener una idea, una central a carbón con una potencia instalada de 1.000 MW que podría abastecer a más de 2,5 millones de personas, emite lo equivalente a 2,8 millones de autos. 

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Pero las termoeléctricas hoy funcionan como el back up de las renovables y, en consecuencia, seguirán existiendo hasta que se resuelva el limitante del almacenamiento de la energía verde. En este marco queda clara la importancia de la captura y el almacenamiento de carbono (CCS por sus siglas en inglés), una tecnología que viene a dar respuesta a este interrogante. 

Emisiones de CO2.

Tecnología

El proceso consiste en capturar el dióxido de carbono (CO2) en centrales eléctricas térmicas o en plantas industriales, purificarlo y comprimirlo para su transporte y finalmente ser almacenado. De esta forma, se evita que sea liberado a la atmósfera. 

La captura puede ser antes, durante o después de la quema del combustible, de esto van a depender las tecnologías. En tanto, el transporte debe ser realizado de forma segura a través de gasoductos de alta presión, aunque también puede transportarse como líquido en barcos o camiones cisternas.

En cuanto al almacenamiento, puede inyectarse en las formaciones rocosas porosas del subsuelo usando métodos de las industrias del gas y del petróleo. Los dos tipos de formaciones más comunes para el almacenamiento son por un lado los acuíferos salinos recubiertos por rocas sello impermeables, a profundidades entre los 800 y 3.000 metros y, por otro lado, los reservorios agotados de gas y petróleo.

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El almacenamiento en formaciones geográficas es la opción más económica y aceptada en la actualidad. El CO2 comprimido se inyecta a profundidades mayores de 800 metros, debido al brusco incremento en la densidad que este sufre, puede almacenarse en volúmenes muy pequeños. 

En ocasiones existe también la aplicación en EOR (CC Enhanced Oil Recovery), muy utilizada en Estados Unidos y Canadá, donde el CO2 es inyectado en los pozos para recuperar el petróleo. El CO2 reduce la viscosidad del petróleo y se mezcla con el mismo, recuperando hasta el 35% y el CO2 es almacenado en las rocas. 

Otra forma es almacenar CO2 es en las profundidades del océano, ya que el gas es soluble en el agua. Cuando aumenta la concentracion atmosférica de CO2, los océanos retienen gradualmente una cantidad mayor. Aunque esta técnica podría perjudicar a los organismos marinos que se encuentran en las proximidades del lugar de inyección. 

Petra Nova Carbon Capture, Texas, US. Fuente: Global CCS Institute.

Estado actual

Se estima que esta técnica puede aumentar los costos de producción de electricidad entre un 50% y un 100%, por lo que hoy no resulta muy competitiva. Tal como pasa generalmente cuando se inserta una nueva tecnología, el gran desafío está en reducir los costos de captura, ya que los de almacenamiento son más razonables. De todos modos, existen diversos proyectos de CCS en operación o construcción. Algunos son pilotos y otros ya funcionan como instalaciones comerciales, que se registran en el Global CCS Institute

En Noruega, la planta de Sleipner fue el primer proyecto comercial de almacenamiento que fue construido para evadir los impuestos al carbono impulsados por toda Europa. A su vez, fue el primer proyecto de almacenamiento en una capa geológica a 1.000 metros debajo del fondo del mar y por su liderazgo en la materia es seguido como ejemplo por el gobierno de Alberto Fernández para almacenar el carbono de un eventual desarrollo de hidrógeno azul.

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El proyecto noruego comenzó en el 2015 y desde ahí se inyectaron unas 15,5 millones de toneladas de CO2 que le evitaron a los licenciatarios el pago de 100 mil euros por día en impuestos. 

Por otro lado, recientemente las compañías LafargeHolcim líder en soluciones de construcción sustentable con baja o nula generación de emisiones- y Carbon Clean -líder en tecnología de captura y separación de dióxido de carbono de bajo coste- han acordado el desarrollo de un proyecto que  se llevará a cabo en la fábrica de Holcim en Carboneras (Almería). El objetivo será capturar el dióxido de carbono emitido en el proceso de producción del cemento para transformarlo y reutilizarlo localmente. De esta forma, el CO2 se capturará de los gases de combustión de la planta y se reciclará para uso agrícola, lo que permitirá acelerar la producción de cultivos y al mismo tiempo, reducir el CO2 liberado a la atmósfera.

Tienen pensado comenzar con el 10% de las emisiones de dióxido de carbono a partir de 2022, y a futuro lograr una descarbonización del 100% en la planta aprovechando potencialmente unas 700.000 toneladas de dióxido de carbono.

Este acuerdo de colaboración jugará un papel crucial en la promoción de los avances tecnológicos en la captura y uso de carbono (CCUS) a gran escala aplicada al sector cementero, lo que será fundamental en la transición hacia un futuro energético con bajas emisiones de carbono para una industria en la que resulta complicado reducirlo.