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Renovable comunitaria, el modelo inglés que impulsan en Córdoba

Se trata de instalaciones a pequeña escala que pueden ser administradas por comunidades locales. Su potencial en Argentina.
Paneles solares
Sistemas solares

En la provincia de Córdoba tomaron un interesante modelo inglés de gestión de energías renovables que, por sus características específicas, presenta un gran potencial para ser desarrollado en todo el país.

Se trata de una instalación en esquemas comunitarios y cooperativos, donde en el caso del Reino Unido, más del 40% de su electricidad proviene de fuentes renovables. A su vez, este país tiene aproximadamente 300 organizaciones que trabajan con estos sistemas y 200 MW de energías renovables instaladas. En algunos casos fue posible debido al acompañamiento de una legislación específica, mientras que otros, se adaptaron a las vigentes. 

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Estos esquemas, vienen a plantear proyectos de generación de electricidad a partir de fuentes renovables en una escala relativamente pequeña y local, que pueden ser propiedad colectiva de la comunidad y/o administrados por dicha comunidad, generando al mismo tiempo beneficios sociales, económicos y ambientales. 

Como consecuencia, se generan comunidades empoderadas para poder liderar y hacerse responsables de sus sistemas energéticos, se brinda una mayor seguridad en la provisión del servicio eléctrico, se crea y aumenta el empleo verde, y se hace una transición más justa y democrática, entre otros beneficios. 

Oportunidades en Argentina

El modelo cobra importancia en nuestro país a partir del conocido potencial energético y la existencia de un fuerte sector de cooperativas de distribución eléctrica con distintas estructuras que están luchando por integrarse en políticas de renovables. Al mismo tiempo, al existir circunstancias financieras críticas y dificultades para la concreción de proyectos, despierta un mayor interés el financiamientos en comunidades.

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Para esto, se pueden evaluar diversos esquemas en los cuales algunos se podrían adaptar a la legislación actual y otros en los que debería modificarse. Según un estudio elaborado por la Ingeniera Melania Tarquino, existen diversos escenarios potenciales para nuestro país.

Un esquema posible de generación distribuida, con energía renovable, comunitaria y cooperativa puede ser que un grupo de vecinos inviertan conjuntamente en instalar energía solar en sus techos o terrazas. Esto puede ser un edificio, en el cual cada vecino invierte una parte, compartiendo los gastos de la inversión inicial y luego la energía generada se consume en el edificio, reduciendo los gastos de la factura, y vendiendo el excedente a la red. En este caso, los inversionistas recuperarán en menor tiempo su capital invertido.  

Otro esquema puede ser en el que intervengan las cooperativas, quienes instalan paneles solares o pequeñas turbinas eólicas en los inmuebles de sus miembros. Los miembros ceden voluntariamente los sitios para la instalación de estos sistemas renovables y reciben a cambio un canon fijo o un descuento en sus facturas eléctricas; o bien reciben la propiedad de los activos de generación luego de transcurrido el periodo de recuperación de la inversión. Los excedentes de electricidad son inyectados a la red, y las cooperativas reinvierten parte de los retornos obtenidos en nuevas instalaciones de renovables en sus comunidades.

También puede existir un escenario en que las cooperativas generan energía renovable en mediana escala, inyectando directamente en sus redes de media tensión, y ofertan acciones a sus miembros.

Cualquiera de estos esquemas, incrementarían la concientización ambiental de las comunidades, mejoraría la aceptación de las renovables, apoyaría el desarrollo socio económico de la comunidad y aceleraría la transición hacia las fuentes renovables.

Sin embargo, para lograrlo en Argentina se deben tener en cuenta aspectos financieros, sociales, políticos y legislativos. Por un lado, es importante que se provean tasas de recuperación convenientes para los inversionistas y se independicen los subsidios a largo plazo, aunque tal vez se requieren en el corto. Por otro, es fundamental que se asocien las cooperativas para hacer proyectos de renovables en conjunto y se adecue la legislación actual de energías renovables o se cree una nueva especializada en el tema.

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Proyecto Córdoba

Según el último reporte de Diciembre 2020 emitido por la Secretaría de Energía de Nación, la Provincia de Córdoba tiene aproximadamente 200 usuarios generadores con más de 1.700 kW de potencia instalada, y otros 1.800 kW de trámites en curso referentes a 133 usuarios.

La Provincia está llevando adelante varias iniciativas vinculadas a la generación distribuida y hace poco se sumó este modelo preliminar a mediana escala para comunidades. El mismo se basa en la generación distribuida comunitaria, renovable, y conectado a la red pública de la Provincia, como una alternativa más a las existentes para el autoconsumo, ampliando las oportunidades de acceso y propiciando un sistema de distribución cada vez más eficiente. 

Este modelo contribuye al fomento de las energías renovables para desplazar a los combustibles fósiles de la matriz energética y a la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, promueve el desarrollo territorial, la captación de financiamiento local, el agregado de valor en origen y la generación de empleos.

Paneles solares en edificio EPEC, Córdoba.

El sistema se basa en inyección de energía renovable a la red y transferencia de créditos del usuario generador a usuarios copropietarios. El usuario generador es la figura que actúa como generador comunitario, es decir una persona jurídica responsable de la planta de generación que deberá gestionar los permisos e informes correspondientes ante el distribuidor. Mientras que los usuarios copropietarios son quienes compran una participación en la planta de generación comunitaria, recibiendo un título que acredite esa propiedad. La distribuidora transfiere los créditos de la inyección del usuario generador a los copropietarios, dónde la energía inyectada es valorizada al precio estacional de compra de energía en el MEM y se deduce de la factura de los usuarios copropietarios. 

Inicialmente no está previsto considerar beneficios fiscales ni acciones de estímulo a fin de comenzar con un escenario neutro. Se promoverá el uso de smart grids, lo cual al haber 205 distribuidoras en la Provincia, la inteligencia de las redes puede llegar a ser casi una obligación y puede ir apalancando los sectores. 

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La distribuidora deberá autorizar usuarios generadores con una potencia de acople a la red de hasta la suma de las potencias contratadas de cada usuario copropietario, aunque se podrá superar este límite con autorización de ERSeP. 

Este modelo intenta otorgarle a las distribuidoras cierta tranquilidad en la transición hacia nuevos modelos de negocio, ya que traerá una disminución de pérdidas técnicas. Además, pueden ser impulsoras de estas iniciativas y acercarse mucho más a sus propios usuarios, ofreciéndoles nuevos servicios. 

Los beneficios de este modelo incluye a diversos actores. A los usuarios les da una mayor oportunidad de acceso a la generación distribuida y una reducción en el monto de sus facturas. Es decir, aquellos usuarios que tienen la dificultad de no poder instalar en sus techos o no son aptos para una instalación óptima. Además, los usuarios al adherirse de manera asociativa, no utilizan sus predios o superficies y aprovechan economías de escala. Mientras que las distribuidoras no presentan dilemas a sus ingresos y pueden sostener sus finanzas. 

Al mismo tiempo, las distribuidoras al mejorar la eficiencia de sus redes de distribución, minimizan pérdidas y posibilitan un mejor servicio. El estado, por su parte, podrá reducir subsidios a la energía del MEM, incrementar la independencia energética territorial y al mismo tiempo disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. 

Todos estos modelos nos llevan a sistemas de eficiencia energética y redes inteligentes. Al mismo tiempo, nos permite ampliar la posibilidad de consumir la energía en el lugar que se produce, lo cual es un concepto comunitario, asociativo y distribuido, no solo para la energía sino para la economía futura.

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