La creación de mesa de trabajo permanente sobre energía y medio ambiente siembra más dudas sobre la posibilidad de que se desarrolle el offshore en Mar Argentino.
Los ministerios de Economía y Ambiente acordaron la creación de una mesa de trabajo conjunta en la que trabajarán temas vinculados a medio ambiente y energía en pos de que el país se dirija hacia una “transformación productiva de una forma que respete la sostenibilidad ambiental y garantice la estabilidad macroeconómica”, según indicaron desde el Gobierno.
La reunión se da en medio de la disputa entre el ministro de Ambiente Juan Cabandié y el secretario de Energía Darío Martínez por la demora en los estudios para habilitar la explotación offshore en el Mar Argentino, un conflicto que está demorando inversiones por más de 700 millones de dólares.
“La transformación productiva sustentable no es solamente una cuestión de importancia para el cuidado del medio ambiente sino que en los años por venir será vital para que nuestro país pueda competir internacionalmente en un mundo que va a estar penalizando con regulaciones y precios del carbono a la producción que contamine”, dijo Martín Guzmán, en sintonía con la visión de Cabandié.
En tanto, Gustavo Béliz, hombre de la confianza de Alberto Fernández, fue otra de las figuras que estuvo presente y será parte de la mesa permanente. Desde un planteo más moderado, Béliz busca acercar posiciones, aunque está muy alineado con la agenda de la transición energética a partir de su cercanía con los organismos internacionales de crédito. “Él tiene la postura de una tercera posición. Quiere dialogar con todos los sectores. No es necio, sabe que, hoy por hoy, ese es el sector que genera divisas, al mismo tiempo que apunta a la transición energética. Pero que esa transición energética sea armónica, genere oportunidades de trabajo y crecimiento. No busca el modelo disruptivo que puede llegar a plantear Ambiente”, dijo a EOL una de las fuentes allegadas a la mesa de trabajo.
A esto sumó que lo que está haciendo Béliz es “equilibrio entre Martínez y Cabandié. Si el problema es puramente ambiental, no va a generar ningún roce. Si el problema es la disponibilidad de recursos, ahí sí puede entrar Béliz”.
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En las últimas semanas, Cabandié se había ganado varias miradas de reojo de parte de otros funcionarios como Darío Martínez y la misma gente de YPF. Él sostiene que el Gobierno no dará el visto bueno a las inversiones offshore hasta que no haya un plan de descarbonización de la economía. Sin el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente, los proyectos no pueden avanzar y eso genera el descontento de las empresas, que ven que el tiempo pasa y las trabas, lejos de ir quedando atrás, se acumulan.
Con la creación de esta mesa de trabajo, Cabandié logra que su posición gane peso y exponga el desalineamiento de áreas como la de Energía con la visión de los organismos internacionales. La descarbonización de la matriz productiva global es uno de los principales nortes en la agenda internacional y es Guzmán quien negocia con el FMI por la reestructuración de la deuda.
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“El país va a contribuir en la agenda global ambiental con objetivos que resulten factibles para la sociedad argentina”, agregó Guzmán. Sin hacer mención al tratamiento expreso con el Fondo del posible desarrollo de los proyectos offshore, Guzmán sabe que es fundamental estar en sintonía con lo que el organismo pretenda de Argentina en este episodio.
Por su parte, Juan Cabandié señaló que “abordamos la necesidad de diseñar una política de transición energética, integrando la agenda climática, con los objetivos sectoriales y la creación de una mesa interministerial”. Asimismo, subrayó que “este es un paso muy importante para la política ambiental porque estos acuerdos permiten avances concretos con respecto a los compromisos asumidos por la Argentina para combatir el cambio climático”.
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En definitiva, el país se encuentra ante la disyuntiva de si mostrarse en la misma línea de la óptica del hemisferio norte, que pretende una descarbonización más acelerada, o mirar más en el corto plazo y dar vía libre al ingreso de una cantidad considerable de divisas provenientes de la industria petrolera. En el medio, cada funcionario quiere llevar agua para su molino.
“Seguimos trabajando hacia la transición energética en la cual está embarcada la Argentina para cumplir con sus compromisos internacionales en función de la matriz energética con que cuenta el país”, dijo Darío Martínez, secretario de Energía.
Mientras Guzmán sea el que comande las negociaciones con el FMI, él será quién haga la lectura sobre la conveniencia o inconveniencia de las inversiones a futuro. Es evidente que el episodio offshore en Mar Argentino genera asperezas entre distintos sectores y Guzmán no quiere desatender lo que los organismos internacionales pretenden, es decir, los requisitos ambientales de los que la macroeconomía va a depender, parece, más pronto que tarde.
